Más allá de lo evidente: Piet Mondrian II

12 noviembre 2013
Piet Mondrian

Piet Mondrian

Parte II

Por: Patricia Díaz Terés

Un artista es el que dice una cosa complicada de un modo simple”.

Charles Bukowski

Cuando las mentes artísticas afines se encuentran, es cuando por lo regular surgen las grandes ideas que revolucionan y transforman las perspectivas. De este modo, cuando Piet Mondrian se encontró en Laren con Bart van der Leck y Theo van Doesburg, se presentó el detonante que cambiaría para siempre el estilo de Mondrian, quien a su vez ya venía buscando desde tiempo atrás, la verdadera esencia de la naturaleza para reflejarla en su arte.

De este modo, Van der Leck influyó considerablemente en la visión de su compatriota, al mostrarle su sistema de abstracción en el que dominaban las líneas rectas, los colores primarios, las sombras de negro, gris y el blanco, todo ello estructurado en planos delineados. Fue así como en 1917 Mondrian realizó su última obra vinculada directamente con la naturaleza, Composición no. 10, decantándose después hacia la abstracción pura, basando su teoría, según varios estudiosos del arte, en la mística teosófica manejada por Mathieu Hubertus Josephus Schoenmaekersnegando sin embargo el pintor tal ascendencia, colocando su inspiración en Madame Blavatzky[i] y particularmente en su obra publicada en 1888,La doctrina secreta”-.

Mondrian, Vander Leck y Van Doesburg crearon entonces en 1917 el movimiento y la revista llamados De Stijl (El Estilo), en la cual nuestro protagonista acuñó el término “neoplasticismo” –el fotógrafo y pintor húngaro Lázló Moholy-Nagy las difundió en la escuela alemana de la Bauhaus, aplicándose en el diseño y la arquitectura; a la vez que fueron publicadas en 1920 en el libro escrito por Piet El Neoplasticismo”-, el cual derivaba de las propuestas de Blavatzky sobre el universo como la esencia plática, de manera que nuestro protagonista deseaba reflejar en sus lienzos la “realidad cósmica”, no la visible, llegando así a la simplificación total de los elementos, utilizando de ahí en adelante figuras tanto verticales como verticales, en las cuales representaba los opuestos: positivo y negativo, dinámica y estática, masculino y femenino, todo ello diseñado a través de colores exclusivamente primarios; su obra pretendía ser pues objetiva, deshaciéndose de las perspectivas subjetivas que estaban determinadas por el temperamento, personalidad e incluso estado anímico del artista.

Para 1922, Mondrian comenzó a separarse en cierta medida del círculo teosófico que tanto había intervenido en su arte, no por un cambio en sus convicciones, sino porque había tenido ciertas diferencias con algunos miembros del grupo. Sin embargo, su labor creativa continuó, ahora bajo la concepción de los planos, explicando el artista que un lienzo plano debe contener únicamente elementos también planos, elaborando así Composición en rojo, amarillo y azul (1921).

Composición en rojo, amarillo y azul (1921)

Composición en rojo, amarillo y azul (1921)

 

En 1938, Piet se trasladó a Londres para escapar de la invasión alemana que parecía ya inminente un año antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. En la capital británica, encontró incondicional apoyo en sus amigos Rosa Winifred Nicholson, Naum Gabo y Ben Nicholson, quienes le ayudaron a localizar un buen lugar para vivir, siendo este un cómodo apartamento en Hampstead, para el cual le fue proporcionado cierto mobiliario, al mismo tiempo que le fueron conseguidas algunas prendas, de entre las cuales las más apreciadas por Mondrian fueron un par de pantuflas que le fueron regaladas por Gabo. Sin ser capaz de separar su vocación de su propia vida, el holandés transformó su vivienda en una obra de arte, disponiendo colores y muebles como reflejo de su trabajo.

Pero dejando un poco de lado su labor artística, Piet Mondrian era un hombre peculiar. En Londres, dejó muy en claro su afición y admiración por la película Blanca Nieves (Snow White and the Seven Dwarfs, William Cottrell, 1937) de Walt Disney, mostrando incluso una cierta obsesión por el filme ya que acostumbraba a escribir a su hermano Carel personificando a cada uno de los enanos -llamando cariñosamente a su hermano “Sneezy” (Estornudo)-, narrándole así cómo diariamente las ardillas y los pájaros le ayudaban, siendo estos en realidad sus colegas artistas. Asimismo, la música de la cinta lo cautivaba a tal punto que poseía un disco con la banda sonora, el cual acostumbraba a tocar con regularidad.

Otros amigos londinenses fueron Joan y Rolan Ody, a quienes tomó gran aprecio, el cual evidenció cuando les regaló una de sus preciadas obras como presente de bodas. De igual manera, departía frecuentemente con las esposas de sus amigos, de modo que era parte constante de su círculo social la señora Miriam Gabo. En este ámbito Mondrian gozaba particularmente de asistir a clubes de jazz, en donde pasaba las veladas bailando con damas como Peggy Guggenheim o Virginia Pevsner, sin que se le llegase a conocer alguna relación sentimental de importancia. Esta situación posiblemente se haya debido a que, al parecer, el pintor era un hombre tímido, según lo describe la escritora Margaret Gardiner, quien lo recordaba durante una fiesta como un hombre parado sin compañía, “con los brazos fuertemente apretados al cuerpo, como si se estuviera defendiendo”[ii].

Prefiriendo para las “discusiones serias” a sus compañeros y colegas masculinos, disfrutaba de extensas y profundas pláticas con el pionero del modernismo John Cecil Stephenson, teniendo además, durante su estancia en aquella maravillosa ciudad atravesada por el Támesis, la oportunidad de exponer en la galería que poseía la familia Guggenheim en Cork Street, la cual gozaba por aquellos años de gran prestigio.

Una preocupación sin embargo atormentaba la mente de Piet, y era esta la extensión del dominio de los nazis, ya que sus obras habían sido seleccionadas por el Tercer Reich para formar parte de la Degenerate Art Exhibition en 1937, lo cual indicaba que Hitler lo tenía en su lista negra. Llegando al colmo del pánico en 1940, hizo cuanto estuvo en su mano para obtener la visa americana, huyendo hacia la Gran Manzana, después de estar muy cerca de morir el 7 de septiembre, cuando una bomba cayó en las proximidades del edificio donde él vivía en Londres.

Para cuando pisó las tierras americanas, Mondrian había logrado ya madurar su arte, reflejando en él la libertad que tanto había buscado. Dejó de lado las severas líneas y adoptó áreas de colores brillantes yuxtapuestas, dejándose influir por el vertiginoso ritmo de la vida urbana y el jazz, tal como puede verse en la famosísima Broadway Boogie-Woogie (1942-1943), que actualmente puede ser  apreciada en el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York.

Broadway Boogie-Woogie (1942-1943)

Broadway Boogie-Woogie (1942-1943)

 

Piet Mondrian no llegaría a ver el final de la Segunda Guerra Mundial, encontrándolo la muerte el primero de febrero de 1944 en Nueva York, dejando este hombre como legado una corriente que ha inspirado a los artistas que se dedican a las artes plásticas, e incluso a famosos diseñadores de ropa como Yves Saint Laurent quien creó el Vestido Mondrian (1965) -primera prenda que se expuso en un museo, en este caso el Metropolitan Museum de Nueva York-, sirviendo esto como inspiración para otros como Ágatha Ruiz de la Prada, Christian Lacroix, Diane Von Furstenberg, Matthew Williamson o Elie Saab, desplegando incluso, en 2011, Miuccia Prada toda una colección inspirada en el artista holandés que buscó reflejar la esencia cósmica de la naturaleza, quien a su vez estableció un parteaguas en la historia del arte, al ejercer una marcada influencia en diversos movimientos artísticos y arquitectónicos de la segunda mitad del siglo XX. 

FUENTES:

 “La iconografía floral teosófica de Piet Mondrian”. Aut. Iñigo Sarriugarte Gómez. Quintana. Revista de Estudios do Departamento de Historia da Arte no. 10. 2011. Universidade de Santiago de Compostela. España.

“Artist Piet Mondrian in London: the forgotten years”. Aut. Simon Grant. 25 junio 2010. Theguardian.com

“Piet Mondrian: El artista teosófico”. Aut. Sergio Altesor. Montevideo, Uruguay. 25 julio 2008.

“La importancia de llamarse Mondrian”. Aut. Susana Molina. 19 de septiembre 2011. http://smoda.elpais.com

 “Piet Mondrian”. www.biografiasyvidas.com

“Piet Mondrian”. www.epdlp.com

“Piet Mondrian”. www.holland.com

“Piet Mondrian”. www.theartstory.org


[i] Helena von Hahn, cuyo nombre al desposarse cambió a Helena Petrovna Blavatsky, “describía el origen de todo en el universo como la esencia plástica (Svbhâvat o Eterna Causa y Efecto) que llena todo el universo y es la raíz de todas las cosas”.  Tomado de “La iconografía floral teosófica de Piet Mondrian” de Íñigo Sarriugarte Gómez, publicado en Quintana la Revista de Estudios do Departamento de Historia da Arte, no. 10. 2011. Universidade de Santiago de Compostela, España.

[ii] “Artist Piet Mondrian in London: The Forgotten Years”. Aut. Simon Grant. 25 de junio 2010. www.theguardian.com