Walt Disney: ¿Héroe o villano?

18 agosto 2009

Walt Disney

Walt Disney

Por: Patricia Díaz Terés

“No es oro todo lo que reluce, ni todo lo que anda errante está perdido”.

J. R. R. Tolkien

 Imagen de la tenacidad y el éxito para algunos o viva encarnación del mal para otros, la figura de Walt Disney es tan controversial que en general no admite opiniones imparciales.

Desde hace ya más de medio siglo, el nombre “Disney” ha sido compañero de la niñez de muchas generaciones, creando algunos de los momentos tan hermosos como tristes que vivimos acompañando a simpáticos personajes animados.

Así, hemos visto a Mowgli experimentar las más increíbles aventuras en las selvas de la India o al Hada Madrina de Cenicienta apareciendo con su varita mágica un hermoso vestido y una magnífica carroza para que la doncella pudiera ir al baile del palacio; incluso volamos con Wendy y Peter Pan al fantástico País de Nunca Jamás.

Pero también sufrimos cuando al escuchar un disparo aterrador, tuvimos la certeza de que la vida de un pequeño cervatillo de nombre Bambi nunca volvería a ser igual o acompañamos al pequeño Dumbo mientras era arrullado por su “mamá elefanta” encerrada tras las rejas por un tiránico cirquero.

Tan contrastantes como sus animaciones resultan las versiones sobre la vida de Walter Elias Disney, un hombre que habiendo nacido en la ciudad de Chicago en 1905, desde muy joven mostró gran afición y talento para el dibujo, la fotografía y la ilustración.

De este modo, un Walt Disney adolescente se vio obligado por la situación económica familiar a desempeñar los más diversos oficios; sin embargo, este creativo jovencito logró con gran esfuerzo combinar las actividades redituables como la venta de periódicos, con su asistencia matutina a la secundaria McKinley y por las noches a la Academy of Fine Arts.

Así, poco a poco el hijo de Elías Disney y Flora Call fue madurando y descubriendo el lado oscuro del ser humano ya que a sus escasos 16 años, después de ser rechazado en el ejército para luchar en la Primera Guerra Mundial, decidió aventurarse para conducir en Europa una ambulancia de la Cruz Roja contemplando así los horrores del conflicto.

Al regresar a su país natal, entró a trabajar en un estudio de arte en la ciudad de Kansas, en donde conoció a su compañero, amigo, socio y colaborador de muchos años, Ub Iwerks. Poco después los dos dibujantes comenzaron a vender animaciones a los teatros a través de su compañía Laugh-O-Grams, la cual por cierto terminó en la bancarrota.

Pero Walt no era un hombre que aceptara la derrota con los brazos cruzados, embarcándose en un nuevo proyecto que en 1923 lo encaminó hacia Hollywood, donde en sociedad con Iwerk y su hermano Roy, produjo la serie animada “Alice in Cartoonland”.

Dos años después decidió contraer matrimonio con su colaboradora, Lillian Marie Bounds y para 1927 creó su primer personaje animado –Oswald Rabbit- del cual perdió los derechos, para ser recuperados por su multimillonaria empresa hace apenas unos años. Pero este nuevo tropiezo tampoco logró mermar el empeño del artista, de manera que en 1928 creó al que se convertiría en un ícono de la cultura norteamericana: Mickey Mouse, el cual a su vez brincó a la fama con el cortometraje sonoro “Steamboat Willie”.

Así despegó la carrera de uno de los hombres más importantes del siglo XX en el ámbito artístico, conquistando su primer Óscar en 1932 con el cortometraje “Flowers and Trees” de la serie “Silly Simphonies”. Pero el salto definitivo al éxito lo dio cuando estrenó su primer largometraje en 1937, “Blancanieves y los Siete Enanos”, cinta que le valió otra estatuilla dorada acompañada por siete figurillas pequeñas representando a los enanos.

Observando el triunfo de su nueva producción, Disney decidió continuar con la producción de películas animadas como “Pinocho” (1939) o “Bambi” (1950); pero entre estas dos realizaciones se encuentra la que tal vez pueda ser calificada como la cinta más polémica del creativo estadounidense: “Fantasía” (1940).

Esta producción se alejó en gran medida de los simpáticos personajes como Pepe Grillo que Walt había creado anteriormente, así “Fantasía” consta de una serie de representaciones gráficas -algunas de ellas verdaderas obras de arte- acompañadas por la música creada por grandes compositores como Bach, Stravinsky, Tchaikovsky y Beethoven, siendo la parte más discutida el episodio “Una Noche en la Àrida Montaña”, singular ilustración del Ave María de Schubert, en la cual observamos a un terrorífico demonio –Chernobog– que invoca a un sinfín de espíritus malignos que le rinden pleitesía.

De hecho este segmento animado, así como la bruja Maléfica en la “Bella Durmiente” (1959) o la figura del hada Campanita de Peter Pan (1953), propiciaron que alrededor de Walt Disney se concibieran gran cantidad de rumores como una supuesta afición por las artes oscuras o una retorcida concepción de las mujeres. También se le acusa en algunos textos -como el escrito por Perrucci Ferraiuola– de ser un explotador cruel e injusto de sus trabajadores y, más allá, ha llegado incluso a ser señalado por el plagio del personaje Mickey Mouse, mismo que según esta versión fue en realidad imaginado por Iwerk.

Pero todo lo anterior son solamente hipótesis; por otro lado, los hechos nos indican que Disney -dejando de lado un juicio sobre su calidad moral o creencias místicas- fue un visionario que se preocupó por el avance no sólo de su carrera, sino de la raza humana en general, teniendo una importante participación en la difusión de la investigación espacial, echando incluso mano de renombrados científicos como Von Braun, Stuhlinger y E.C. Slipher, para realizar  los documentales “Man in Space”, “Man on the Moon” y “Beyond Mars” (1950-1957).

También de Walt Disney puede decirse que fue un patriota que ayudó a los Estados Unidos a mantener la moral tanto del pueblo como de las tropas a través de sus caricaturas durante la Segunda Guerra Mundial, de manera que entre 1942 y 1945 elaboró gran cantidad de entretenidos cortometrajes e interesantes documentales que sirvieron como instrucción o propaganda. En uno de ellos podemos incluso observar cómo el Pato Donald tiene un sueño en el cual vive bajo el yugo de los nazis en Alemania, despertando en la libertad americana.

Sin importar si son o no ciertos todos los rumores y mitos que han surgido alrededor de Walt Disney, una realidad es que se trató de un talentoso artista, un brillante hombre de negocios y un franco promotor de la difusión y el desarrollo científicos. Teniendo tan extremas posiciones sobre esta figura del siglo pasado, para llegar a una conclusión, podríamos reflexionar sobre una frase del filósofo griego Aristóteles que dice: “No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”.

Para conocer Fantasía (1940):

Noche en la Árida Montaña: http://www.youtube.com/watch?v=6gd2YKyEImY

Dance of the Hours 2: http://www.youtube.com/watch?v=3u95n2yKcow

 

FUENTES:

“El lado oscuro de Disney”. Aut. Perucci Ferraiuola. Panorama Editorial. México, 2000.

“Centenario de Disney: El indiscutible genio de la animación”. Aut. César Aguilera. Cinemanía No. 63. Diciembre, 2001..

The Disney-Von Braun Collaboration and its influence on space exploration”. Aut. Mike Wright. Selected Papers from the 1993 Southern Humanities Conference. Southern Humanities Press. Huntsville 1993.

http://www.disney.go.com   


No importa si es Víctor Hugo o Walt Disney

4 agosto 2009

Wicked, el musical

Wicked, el musical

Por: Patricia Díaz Terés

“El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo”.

Gustavo Adolfo Bécquer

La gitana Esmeralda, la inteligente Bella, el hada Elphaba, el trágico Cuasimodo, el misterioso Fantasma, el estricto Javert o el ogro Shrek, prácticamente cualquier personaje que se haya creado para la literatura, el teatro, el cine o la televisión puede en algún momento transformarse en el protagonista de una obra musical, aún cuando los autores de los originales nunca se hubieran imaginado a sus creaciones cantando y bailando.

La versatilidad de esta expresión artística, el teatro musical, radica en que la multitud de recursos que tienen a su disposición los guionistas, productores y directores, les permiten ir más allá de los convencionalismos, para llevar a su público en una travesía en la que pueden visitar los más recónditos lugares de la imaginación.

Sin embargo, el montaje de un musical dista mucho de ser sencillo, cuanto más si se desea que éste se transforme en un éxito. A pesar de esto, ni una cuantiosa inversión ni la aparición en escena de estrellas de moda y ni tan siquiera una música realizada por un compositor reconocido, han podido garantizar la trascendencia de estas puestas en escena.

A pesar de esto, los esfuerzos por lograr producciones de calidad siguen apostando en primer lugar por libretos atractivos, ya sean ideas originales o adaptaciones. De esta manera, entre los guiones podemos encontrar a clásicos de la literatura como Víctor Hugo, cuyas obras “Los Miserables” (1985) y “El Jorobado de Notre Dame” (1998) se han llevado a los escenarios con gran éxito; o también al complejo T.S. Elliot, cuyos poemas contenidos en “Old Possum’s Book Of Practical Cats” se transformó en el éxito sin precedentes conocido como “Cats” (1981), producción que se ha montado en diez idiomas diferentes contando con 7485 presentaciones en Broadway y 2000 en Londres, sin tener en cuenta sus giras internacionales.

Incluso textos de renombrados filósofos como el ideólogo de la Revolución Francesa, Voltaire –“Candide”(1956)- han sido transformados en obras musicales; ni siquiera inmortales literatos como William Shakespeare o Miguel de Cervantes, han quedado exentos de estas adaptaciones, en muchas ocasiones con gran aceptación por parte del público, como ha sido el caso de “Hombre de la Mancha” (1965), musical de El Quijote.

Por otro lado, durante el siglo XX las nuevas tecnologías abrieron nuevas puertas, de modo que se comenzó a establecer una estrecha y curiosa relación entre el séptimo arte y los escenarios de Broadway, tomando ideas el uno del otro de forma indistinta. Así por ejemplo podemos mencionar algunas obras musicales que tuvieron como punto de partida una película: “El Color Púrpura” (2005), “Fama” (1988), “Hairspray”, “Legalmente Rubia” (2007) o “Billy Elliot” (2008), entre otras.

Asimismo existen numerosos filmes musicales basados en obras de teatro como por ejemplo: “Cabaret” (1972), “Soñadoras” (2006), “Vaselina” (1978), “Sweeney Todd” (2007) o “El Fantasma de la Òpera” (2004), habiendo sido muchas de ellas reconocidas con el máximo galardón del séptimo arte – los Óscares- en distintas categorías, así tenemos a la cinta “Chicago” (2002) que habiendo sido dirigida por Rob Marshall y protagonizada por Renee Zellweger y Catherine Zeta Jones, se hizo acreedora a la estatuilla por Mejor Película.

El otras ocasiones, los musicales aprovechan para explorar temas que no resultan fáciles de tratar en otras expresiones artísticas, temas como la drogadicción o la homosexualidad son abordados en obras como “Rent” (1996), “Los Productores” (2001) o “La Jaula de las Locas” (1983), entre otras.

Pero también las historias infantiles dentro de las obras musicales, han logrado colocarse en la preferencia del público; este triunfo ha dependido en gran medida de la creatividad con la cual los encargados de la dirección de arte, coreografía y música han logrado montar un espectáculo completo.

Los estudios Disney han conseguido establecer –aunque no en todos los casos- una benéfica relación con Broadway, ya que las ideas originales de sus maravillosos largometrajes animados, han resultado impresionantes puestas en escena, como es el caso de “El Rey León” (2007), que bajo la dirección de Julie Taymor, puede ser ejemplo de calidad en cuanto a vestuario, tramoya y música –esta última compuesta por Sir Elton John-, o la “Bella y la Bestia” (1994); otras historias han enfrentado mayores obstáculos al momento de hacer la adaptación al teatro, como “La Sirenita” (2007), la cual sin ser un espectáculo pobre, los retos de escenografía no han sido sorteados aún de manera satisfactoria.

Pero la relación existente entre el cine, la literatura y el teatro musical no siempre funciona como los productores quisieran. Hay historias que, a pesar de haberse presentado de manera espectacular en la pantalla grande han constituido francas decepciones en los escenarios, como “El Señor de los Anillos” de J.R.R. Tolkien, cuyas adaptaciones cinematográficas dirigidas por Peter Jackson lograron ingresos millonarios en taquilla y numerosos óscares. Sin embargo, la complejidad misma de los textos, no permitió a los libretistas Matthew Warchus y Shaun McKenna llevar con éxito a los escenarios tan extraordinaria historia en el año 2006, teniendo considerables pérdidas económicas. 

A lo largo de la historia del teatro musical han existido también mentes creativas que han realizado guiones originales convirtiéndose en obras musicales que hoy en día se consideran una tradición en el medio. Uno de los casos más destacados es el del director  y productor Andrew Lloyd Webber, quien actualmente es dueño de Really Useful Group, una compañía que ha montado éxitos mundiales como “Cats”, “El Fantasma de la Ópera” o “Evita”, todas ellas escritas y dirigidas por el imaginativo empresario.

Llegando al día de hoy, encontramos que en las marquesinas de Broadway hay una obra que semana con semana se ha levantado como vencedora indiscutible en las taquillas, se trata de la peculiar “Wicked” (2003), dirigida por Joe Mantello, escrita por Winnie Holzman, con música y letras de Stephen Schwartz; en ella se aborda la historia de las brujas del cuento infantil El Mago de Oz, narrando principalmente como la verde Elphaba se convierte en la temible Bruja del Oeste, después de haber atravesado por una adolescencia durante la cual es objeto de rechazo por tener la piel de color verde.

De esta manera, hemos podido observar cómo el teatro musical echa mano de cualquier tipo de argumento, ya sea un acontecimiento histórico, una biografía, una situación social, una joya literaria o un cuento infantil, para convertirlo en un espectáculo que transporta a niños y adultos a universos salidos de la imaginación de extraordinarios artistas, los cuales se atreven a ver las historias desde otro punto de vista, logrando que el público a la vez reflexione, se divierta y considere nuevas alternativas.    

Para acercarse al fantástico mundo de los musicales vea:

Notre Dame de Paris: Les Cloches http://www.youtube.com/watch?v=9G7vU6WmmU8

El Rey León: http://www.youtube.com/watch?v=-XtpRsdF_Bw

Los Miserables, concierto del 10° Aniversario: One Day More http://www.youtube.com/watch?v=odrZ6NtPR2M

Cats: http://www.youtube.com/watch?v=LI1DMZ6J_RM

El Fantasma de la Ópera: http://www.youtube.com/watch?v=MmI9gAyNPyE

Wicked: Defying Gravity http://www.youtube.com/watch?v=MRUeEJQSKbs

Fuentes:

www.playbill.com

www.wickedthemusical.com

www.lotr.com

www.oscar.com