De producción de relleno a leyenda cinematográfica: Casablanca IV

23 junio 2022

Parte IV – La batalla del final

Por: Patricia Díaz Terés

Claude Reins y Humphrey Bogart en la escena final de Casablanca

Los finales son muy difíciles de escribir, y es difícil hacer un final en colaboración con miles y miles de personas, y satisfacer a todas esas personas es imposible”. 

Jennifer Hale.

Muy diversos han sido los propósitos con los que se realiza una película, de  modo que el director puede tener la intención de entretener, concientizar o motivar al público. En tiempos bélicos estas últimas funciones del cine son particularmente importantes. En este sentido, fue el empeño del productor de la Warner Bros., H. B. Wallis y del director Michael Curtiz lanzar al pueblo norteamericano un mensaje específico con el propósito de hacer consciente al pueblo de los Estados Unidos sobre la situación que se vivía, con la Segunda Guerra Mundial, en Europa a principios de los años 40.

Así, no fue nada casual el hecho de que la película se estrenase “en corto” el 26 de noviembre en el Hollywood Theatre de Nueva York, día en que las fuerzas aliadas invadieron el norte de África capturando Casablanca, aplazándose el estreno general para el 23 de enero de 1943.

Pero para que Casablanca llegase a las salas de cine, después de haberse enfrentado los problemas con el guion y el elenco, se tenía que resolver un punto crucial del filme: el final. Se sabe que durante el rodaje de Casablanca el guion iba y venía en manos de los escritores quienes hacían muchas modificaciones de último momento –afortunadamente todas estas alteraciones fueron tan atinadas que eventualmente el libreto de Casablanca fue designado por el Sindicato de Guionistas de Hollywood como el mejor guion de la historia de la cinematografía norteamericana, aún por encima de Ciudadano Kane o del Padrino-, afinando cada una de las escenas, de las cuales, la más importante, el final, no estaba definida.

La ambigüedad existente sobre la conclusión de la película ocasionaba un ambiente de estrés entre el elenco, particularmente en Ingrid Bergman, quien angustiada acudía a Michael Curtiz para consultarle cuál sería el desenlace de la historia, pues de ello dependía la actitud que debía mostrar, ante las cámaras, hacia el cínico Rick y el valiente Laszlo. Ante tales cuestionamientos el director respondía con evasivas sugiriéndole a Ingrid –y gritándole en alguna ocasión la frase “¡actores, actores, siempre quieren saberlo todo!”, esquivando su propia ignorancia- que Ilsa debía mostrarse ambigua con ambos personajes. Sin embargo, el cineasta no era totalmente honesto con su elenco, puesto que no quería exponer la cruda verdad: no había final escrito para Casablanca.

Y es que la trama era tan maravillosamente intrincada que cada una de las personas que intervenían en la realización del guion opinaban que la historia debía terminar de una manera diferente: por un lado, se tenía a Paul Henreid quien, airado, decía que la señorita Lund debía permanecer al lado de su aguerrido marido. Por otra parte, los más románticos opinaban que Ilsa debía dejar libre a Víctor para quedarse con Rick –esta versión era simplemente impensable debido a la censura que prohibía terminantemente que una mujer casada dejase, aunque fuese en pantalla, a su marido-; otros pensaban que la mejor opción era darle un mortal y heroico final a Laszlo dejar el paso libre para la realización del amor entre Rick e Ilsa.

El reto era, entonces, cómo lograr un final lo suficientemente digno y conmovedor para que la mayor parte de los espectadores quedase satisfecha. Se tenía entonces al entrañable personaje de Humphrey Bogart quien, sin duda, después de tanto sufrimiento, merecía un final feliz. Pero por supuesto esta felicidad no podía estar supeditada a la ruina de un hombre tan emblemático como el personificado por Paul Heinreid. ¡Vaya problema!

Finalmente se decidió que la heroína sacrificaría su amor en pro de un fin más noble como era la lucha por la libertad, misma posición en la que quedó el personaje de Bogart. Ahora bien, esto sin duda satisfacía las demandas de Paul Henreid, pero todavía quedaba una pregunta: ¿se darían un último beso Ilsa y Rick al despedirse, antes de que la dama abordase el avión hacia su destino en América?

Y en la resolución de esta situación se ilustra cómo, aunque el director tenga la batuta, cuando se tiene en el elenco a un actor del peso de Humphrey Bogart, poco importan las jerarquías. Muy poco tiempo antes de filmar la escena en el aeropuerto –misma en que se utilizó un avión de cartón cuya manufactura era tan deficiente que el director decidió cubrir los defectos a través de la utilización de una neblina imposible en el clima del verdadero Casablanca- Michael Curtiz y Humphrey Bogart se hicieron de palabras en el camerino del actor. El protagonista reclamaba al director que no era adecuado que Rick besase a Ilsa antes de que ella partiera hacia territorio americano, ya que eso le quitaría toda la esencia noble al gesto de dejarla partir, renunciando a ella, para que Víctor continuase su loable trabajo. Con una mente más prosaica, Curtiz insistía en que el público merecía ese último beso entre sus héroes.

El tiempo transcurría, la conclusión del rodaje seguía retrasándose y las discusiones no ayudaban. De esta manera algún avispado miembro de la producción corrió en pos de Hal B. Wallis para que este mediara en el conflicto. De esta forma, el productor se decantó por la opinión de Bogart con la finalidad de que la película dejara un buen sabor en el público a quien se había dejado en penumbras sobre quién subiría al avión en aquel desértico aeropuerto.

Era pues el 3 de agosto de 1941 cuando se terminó de rodar Casablanca, 11 días después de lo previsto y aún faltaba la postproducción. A este respecto únicamente mencionaremos el tema de la música, realizada por Max Steiner. Resulta entonces que cuando Steiner se encontró con la grabación de la famosísima canción de As Time Goes By, inmediatamente quiso sustituirla porque consideraba que la pieza era insípida. Esta sugerencia llegó a oídos del productor Wallis, quien accedió a modificar la canción. No obstante, esta intención se vio obstruida por el hecho de que la pieza ya había sido grabada con playback por Dooley Wilson y a la sazón era absolutamente imposible regrabar la escena. Así, para fortuna de la historia de los soundtracks cinematográficos, la canción original permaneció tan solo para situarse, con los años, en una de las canciones más conocidas y memorables del séptimo arte.

Y así, tanto esfuerzo dio espléndidos resultados: en 1943, cuando los Premios de la Academia todavía eran una ceremonia digna y glamurosa, Casablanca se hizo acreedora a 3 de estos galardones, incluyendo el de mejor película. En este evento se dio la ruptura definitiva entre el productor Hal B. Wallis y Jack L. Warner cuando este último saltó sin tardanza al escenario para recibir el Óscar al ser anunciado el premio para la cinta dirigida por Curtiz. Esta acción le impidió al productor Wallis tener en mano el bien merecido galardón que recibían ahora su intuición, pasión y esmero.

La fama de la película se ha extendido a lo largo y ancho del mundo. Las nuevas generaciones han tenido recientemente acceso a esta cinta en las salas de cine gracias al reestreno que se llevó a cabo con motivo del 80 aniversario del filme. También ha tenido algunos homenajes como la película animada Carrotblanca –dirigida por Douglas McCarthy en 1995- en la que Bugs Bunny personifica al cínico Rick en compañía del inseparable Sam, en este caso encarnado por el Pato Lucas; el gato Silvestre interviene en el papel de Víctor Laszlo y por supuesto el coqueto Pepe Le Pew es el entrañable Louis Renault. Por su parte los hermanos Marx hicieron una parodia de esta cinta con Una noche en Casablanca de Archie L. Mayo en 1946, la cual estaba tan cercana a la original que la propia Warner Brothers se quejó –ambas cintas pertenecen a los mismos estudios cinematográficos-. Asimismo, otros intentos por abarcar la historia de Casablanca fueron las fracasadas series de 1955 y 1983.

Y así llegamos al final de la historia de una película cuya idea surgió en un oscuro café de refugiados en la Francia ocupada y continúa vigente hoy en día a través de los miles de cinéfilos de todas las edades que consideran a Casablanca, hasta la fecha, una de las mejores películas jamás filmadas.

“Casablanca, curiosidades del rodaje de uno de los grandes clásicos del cine”. Behind the Scenes. http://www.rodajesdepeliculas.blogspot.com. 

“Casablanca, setenta años de amor, citas y malentendidos”. www.bbc.com. 27 de marzo 2012.   

“Making of Casablanca” Partes I a VIII. Aut. Alfonso Méndiz. http://www.filasiete.com   

“Casablanca (1942): Detalles desconocidos de la película más icónica”. Aut. Alba Puerto. www.elcineenlasombra.com. 26 de diciembre 2018.


De producción de relleno a leyenda cinematográfica: Casablanca II

8 junio 2022

Parte II – El elenco ideal

Por: Patricia Díaz Terés

Ingrid Bergman, Humphrey Bogart, Paul Henreid y Claude Rains

El director está obligado a preocuparse de los actores, es el punto fuerte del rodaje. François Truffaut

Para la realización cinematográfica no existe una sola receta infalible, de este modo, tenemos desde un director que encuentra un guion y convence a un productor, hasta el caso de Casablanca, en donde un productor dio con un proyecto que capturó su imaginación y tuvo que promover desde la creación del guion hasta la filmación de la última escena.

De este modo, cuando es el productor quien ha encontrado algo digno de filmarse, lo primero que tiene que localizar –tras obtener el beneplácito del productor ejecutivo que proporcionará el dinero, en este caso Jack L. Warner– es a la persona que dirigirá el “trabajo de campo”, es decir el director. Así, la primera opción del productor de la Warner Brothers, Hal B. Wallis, fue el conocido cineasta William Wyler, quien, al encontrarse en su rancho, muy entretenido, jugando al gin rummy con el jefe de la 20th Century Fox, Darryl F. Zanuck, tras la filmación de Mrs. Minniver, declinó la oferta para encabezar Casablanca.

Como segunda opción Wallis acudió a su amigo Michael Curtiz, un emigrante judío-húngaro que había arribado a los Estados Unidos en 1926 y cuya familia había escapado de Europa tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939. Los recursos con los que tendría que filmar Curtiz eran de 878 mil dólares, debiendo empezar el rodaje el 10 de abril de 1942. Ninguna de estas condiciones se respetó.

Debido al bajo presupuesto en un principio se pensó en contratar actores baratos –por encontrarse ya en la nómina de los estudios-, por lo que aparecieron los nombres de Ronald Reagan y Ann Sheridan para interpretar a Rick y Lois –después Ilsa– así como de Dennis Morgan para Víctor Laszlo. Pero estos actores no empataban con la grandiosa visión que Wallis tenía en la cabeza, por lo que acudió con el ejecutivo de la Warner, Steve Trilling, y le solicitó la autorización para contratar a Humphrey Bogart para interpretar a Rick Blaine, accediendo a su vez a dar a Sheridan el papel de Lois Meredith.

Bogart fue contactado y se le entregó lo que se tenía de guion –que lejos estaba de estar terminado-, procediendo el actor de El Halcón Maltés a declarar que su personaje era demasiado frío y cínico, características que le impedirían al público identificarse con él –a partir de estos comentarios los hermanos Epstein hicieron modificaciones en el guion al personaje de Rick. Y fue tras este primer logro cuando a Wallis y los guionistas les llegó la idea de cambiar por completo al personaje de Lois Meredith para transformarlo en Ilsa Lund.

Tal transmutación impedía que el papel fuese interpretado por Ann Scheridan, surgiendo entonces las actrices Ingrid Bergman y Hedy Lamarr para interpretar a la angelical noruega, dueña del corazón del propietario del Rick’s Café Americain. La opción de Lamarr era para entonces imposible, pues la actriz austriaca estaba por entonces ya comprometida con la MGM y el ejecutivo Louis B. Mayer se negó rotundamente a “prestar a la actriz”.

Por su parte, Ingrid Bergman también estaba ya comprometida para trabajar con la compañía del productor David O. Selznick en el rodaje de Intermezzo y se preparaba con ahínco para obtener el papel de María en la versión cinematográfica de Por quién doblan las campanas del director Sam Wood. Sin embargo, estos compromisos profesionales sí pudieron ser flexibilizados gracias a una generosa aportación de 25 mil dólares que la Warner hizo a O. Selznick para ceder temporalmente a la actriz, prometiendo a su vez facilitar la participación de Olivia de Havilland en algún proyecto que tuviese O. Selznick.

Se tenía pues ya a Rick y a Ilsa, pero faltaba Víctor. Para encarnar al gallardo defensor de la libertad se propusieron dos actores: Paul Henreid y Philip Dorn, pero este último tenía el mismo inconveniente que Hedy Lamarr: estaba contratado ya por la MGM. De tal manera el acercamiento se hizo con Henreid quien en primera instancia rechazó categóricamente el papel al no tratarse este de un protagónico. En tal contexto, fueron las circunstancias mundiales las que empujaron al actor autrohúngaro para aceptar el papel de Víctor Laszlo.

Estando su país de origen en aquel entonces ya anexado al Tercer Reich, se había decretado que cualquier ciudadano austriaco sin trabajo debía retornar sin demora a su nación. Henreid estaba, a principios de 1941, terminando de filmar la película La extraña pasajera (Now Voyager) al lado de Bette Davis, pero no tenía a la vista ningún otro proyecto, por lo que decidió embarcarse en Casablanca para poder permanecer en los Estados Unidos, eso sí, exigiendo que se le pagase la misma cantidad que se le estaba abonando a Bogart y Bergman.

El resto de los personajes estaba ya resuelto, y aunque al principio se pensó que Sam fuese una dama que sería encarnada por alguna de las famosas cantantes de jazz Ella Fitzgerald o Lena Horne, el personaje quedó estructurado finalmente como lo vemos hoy en día en la pantalla como el simpático pianista amigo de Rick, que es personificado por el baterista Dooley Wilson. Por su parte la participación de Claude Rains había sido ya incluso contemplada en la realización del guion por lo que su contratación fue puro formalismo.

Así, con este gran conjunto de estrellas aseguradas para cubrir los papeles principales, Curtiz se puso a la cabeza de un muy numeroso elenco en el que se incluyeron cientos de extras –que no habían sido contemplados ni presupuestados- y decenas de actores secundarios, teniendo muchos de ellos una historia tan cercana al argumento de la película que realizaron con más entrega su trabajo, como fue el caso de Conrad Veidt, actor alemán que había huido de la Alemania nazi con su esposa judía y que había jurado jamás encarnar a un nazi a menos que este fuese el villano, por lo que resultó idóneo para encarnar al despiadado mayor Strasser en el argumento de Casablanca.

Otra actriz a quien la historia del filme se le acercaba a lo más profundo del corazón era Madeleine Lebeau -que interpretó a la amiga de Rick, Yvonne-, quien había tenido que huir con su marido Marcel Dalio de la Francia ocupada, realizando en la vida real la travesía hacia América que en la cinta se propone para Víctor e Ilsa. Tal circunstancia proporciona, por ejemplo, un realismo conmovedor al close up que se le hace a la actriz, cuyos ojos se llenan de lágrimas al interpretar con pasión La Marsellesa bajo la dirección del valiente Víctor Laszlo cuyo cometido era silenciar al mayor Strasser y sus compinches alemanes que se encontraban cantando Die Wacht am Rhein en el Rick´s Café.

Con el elenco preparado –habiendo sido enriquecido con Sydney Greenstreet como Signor Ferrari, el ambicioso dueño del café competencia de Rick´s, el Blue Parrot, y el simpático S. Z. Sakall como el fiel y discreto mesero de confianza de Rick, Carl– todo estaba listo para iniciar el rodaje, pero como descubrirían Hal B. Wallis y Michael Curtiz, este proceso sería tan legendario -en su caos- como la cinta misma, pero de tales aventuras cinematográficas hablaremos más extensamente en la próxima entrega de esta columna.

“Casablanca, curiosidades del rodaje de uno de los grandes clásicos del cine”. Behind the Scenes. http://www.rodajesdepeliculas.blogspot.com.   

“10 cosas que tal vez no sabías de Casablanca”.  www.lavanguardia.com. 6 de abril 2021.

“La rocambolesca historia del rodaje de Casablanca”. Aut. Pedro Tomas. 21 de septiembre de 2020. http://www.elredondelito.es.

“Making of Casablanca” Partes I a VIII. Aut. Alfonso Méndiz. http://www.filasiete.com