Por: Patricia Díaz Terés
“El pensamiento no es más que un soplo pero este soplo revuelve al mundo”.
Victor Hugo
Reducir la cultura a la actividad artística resulta injusto para todos aquellos que han colaborado desde otras trincheras con el saber –y la conformación misma- de la Humanidad; de esta manera, la ciencia debe considerarse como parte de aquella, ya que los grandes científicos son además asombrosos pensadores que con métodos específicos descubren las verdades del Universo.
Ahora bien, estos destacados genios no siempre han tenido el más “ortodoxo” de los pasados, uno de ellos es Sir Isaac Newton, quien nació en una honrada pero humilde familia cuyo jefe (de nombre también Isaac) no sabía siquiera cómo escribir su nombre, pero que sin embargo se había dado maña para salir adelante en el negocio del comercio con ganado ovino.
Desde su nacimiento pudo observarse algo especial en Isaac, ya que vino al mundo prematuramente pesando tan solo un kilogramo un frío día de Navidad –aunque algunas fuentes lo ubican el 4 de enero, lo cual puede explicarse por el empleo del calendario juliano en el primer caso y del gregoriano en el segundo- de 1642 sin que nadie pensase que pudiera sobrevivir; sin embargo el bebé fue creciendo poco a poco como si ya desde tan tierna edad estuviese ejercitando esa férrea voluntad que le caracterizó a lo largo de su vida.
En Whoolsthorpe Manor, Lincoln Shire (Inglaterra) fue donde este peculiar chiquillo pasó los tres primeros años de su existencia en compañía de Hannah Ayscough su madre viuda, quien volvió a contraer nupcias tras lo cual dejó a su hijo al cuidado de sus abuelos. Estas buenas personas decidieron que era conveniente que el chico recibiese educación cuando llegara el momento oportuno, por lo que cuando cumplió doce años lo inscribieron en la King’s School de Grantham, ubicado a 10 kilómetros de su casa, por lo que tuvo que vivir temporalmente con el farmacéutico del lugar. En dicha institución adquirió sus primeros conocimientos de latín y del estudio de la Biblia; no obstante su talón de Aquiles fue siempre la relación con sus condiscípulos, con quienes constantemente se liaba en tremendas peleas, las cuales con frecuencia eran provocadas por él mismo.
Los compañeros de escuela de Newton lo consideraban como un joven extraño y tímido, que siempre andaba dedicando su tiempo a fabricar exóticos artefactos entre los que se contaba un molino de viento y una carreta que se desplazaba cuando el conductor giraba una manivela.
Siendo un muchacho muy aficionado a la reflexión y la observación, poca gracia le hizo que su madre lo mandase llamar de regreso a la granja familiar para encargarse de esta; y si la actividad social no llamaba particularmente su atención, los trabajos agrícolas y ganaderos lo hacían aún menos. Afortunadamente uno de sus profesores, Henry Stokes, se dio cuenta de esta situación recomendando a la madre –apoyado por un hermano de esta- que lo inscribiese en la universidad, por lo que el joven fue a dar nuevamente a Grantham en 1660 para preparar su ingreso en el Trinity College de Cambridge al año siguiente.
Para que pudiese cursar los estudios superiores, la madre solicitó una beca según la cual el muchacho no debería pagar por su estancia en la institución pero a cambio tendría que servir a maestros y alumnos adinerados –existen algunas referencias que indican que en realidad la familia de Isaac no tenía necesidad de este apoyo financiero, pero se desconocen las razones por las cuales su mamá pudo haberlo pedido en caso de que la supuesta fortuna amasada por su padre fuese real-. No obstante estas tareas le permitían conocer el amplio mundo por el cual él sentía una insaciable curiosidad; de esta forma pudo leer a los grandes clásicos de la filosofía y las matemáticas, estando entre las obras revisadas la Óptica de Kepler y la Geometría de Descartes.
En 1665 Isaac recibió el título de Bachiller en Artes, pero la llegada de la Gran Plaga –peste- obligó a la universidad a mandar a sus casas tanto a los alumnos como a los maestros. Los azares del destino quisieron que fuera precisamente gracias a la gran cantidad de tiempo libre que tuvo Newton por este motivo, como pudo reflexionar y formular –o al menos esbozar- gran parte de sus teorías sobre la gravedad –se cree que en tal periodo se sitúa el famoso episodio en el que el muchacho vio caer una manzana, lo cual le llevó a preguntarse “¿por qué la manzana siempre desciende perpendicularmente hasta el suelo?”, el movimiento y la luz, entre otras. Era entonces un joven de 24 años cuando diseñó el cálculo infinitesimal y la Ley de la Gravitación Universal. En 1668 obtuvo el título de Maestro de Artes y al año siguiente tomó posesión de la Cátedra Lucasiana (de Matemática) en la cual permaneció hasta 1695. En el ínterin de esta actividad académica publicó su más importante obra: Principios Matemáticos de Filosofía Natural, también llamados Principia, en 1687.
Siendo además un incansable inventor, elaboró un reflector que envió al rey quien a su vez lo hizo examinar por la Royal Society hecho que le aseguró al científico un lugar en la prestigiada agrupación en 1671 y de la cual fungió como presidente desde 1703 hasta su muerte.
Pero en 1693 ocurrió un infortunado accidente en el cual presuntamente su perro Diamond tiró una vela ocasionando un incendio, en el que se perdieron muchos de los escritos e investigaciones de Isaac, quien tras el incidente al parecer cayó en una crisis nerviosa de la que tardó algún tiempo en recuperarse; asimismo este suceso retrasó la publicación de varios de los estudios que había realizado.
Habiendo llevado a cabo las actividades más versátiles –se sabe que sus intereses fueron igualmente variados erigiéndose incluso como un entusiasta alquimista y estudioso de la Biblia, siendo esto último lo que presuntamente le llevó a calcular una posible fecha para el fin del mundo el cual ubicó en el año 2060, información que se encuentra en un manuscrito resguardado por la Universidad Hebrea de Jerusalén- también fungió como inspector de la Casa de Moneda Británica siendo nombrado presidente de tal institución en 1699; este trabajo dio pie al escritor Thomas Levenson para elaborar su libro “Newton y el falsificador” (2011) el cual relata cómo el científico se introdujo en el bajo mundo londinense para capturar al hábil falsificador William Chaloner quien eventualmente fue condenado y ahorcado en 1699, también cabe destacar que esta aventura llevará a Sir Isaac Newton a la pantalla grande protagonizando –al estilo del nuevo Sherlock Holmes de Robert Downey Jr.– una película del director Rob Cohen. Pero independientemente de tan azarosas aventuras, lo cierto es que el ilustre matemático hizo que las monedas tuviesen los bordes estriados para evitar las falsificaciones.
Así, las sapientes teorías de este notable y huraño estudioso que fuera nombrado Caballero por la reina Ana en 1705, causaron revuelo en el mundo científico de su época llegando incluso a ser acusado de plagio por el físico Robert Hooke, quien afirmaba que Newton le había robado los conceptos de la Ley de la Gravitación; asimismo llegó a ponerse en duda su trabajo con el cálculo infinitesimal, ya que trabajó de manera separada aunque contemporánea al matemático Gottfried Leibniz, con el tiempo se demostraría que ambos sabios laboraron en distintos lugares geográficos obteniendo resultados similares.
Sin haber dejado de trabajar, Newton comenzó a tener problemas de salud a edad muy avanzada en 1724, sufriendo de diversas complicaciones con el riñón y sucumbiendo a estos males el 20 de marzo 1727, tan solo para pasar a la historia como uno de los científicos más famosos de todos los tiempos quien logró cambiar la concepción misma del mundo que hasta sus días había prevalecido. De esta manera Newton es la imagen de las palabras del físico ruso Konstantin Tsiolkovsky: “Al principio vienen necesariamente a la mente la fantasía y la fábula. Desfilan después los cálculos matemáticos, y solo al final la realización corona el pensamiento”.
FUENTES:
“A 350 años del nacimiento de Isaac Newton”. Aut. Gabriel Rodríguez J. Enero 1993. www.achaya.cl
“La auténtica historia de Newton y la manzana”. Aut. Elena Sanz. Enero 2010. www.muyinteresante.es
“Isaac Newton y los cambios de la física moderna”. Aut. Dr. Orlando Gómez-Gil. Septiembre 2010. www.libreonline.com
“Isaac Newton calculó la fecha del fin del mundo”. Junio 2007. http://elpais.com
“Isaac Newton: El nuevo científico”. Aut. José Carlos Bermejo. “Curiosidades sobre Isaac Newton”. Aut. Ana Bladovski. www.actuallynotes.com
“Isaac Newton estrella de Hollywood”. www.lne.es