Parte II
Por: Patricia Díaz Terés
“El talento se desarrolla en lugares tranquilos, el carácter en el tumultuoso curso de la vida”.
Goethe.
Escritor, periodista y parrandero empedernido, Ernest Hemingway fue labrando su carrera como autor desde las rotativas. Fueron así periódicos y revistas las primeras que recibieron las letras de este temperamental hombre que, tras su ruptura con Agnes Hannah von Kurowski Stanfield, se dedicó con ferocidad a su trabajo, encontrando un buen lugar para el ejercicio de su talento en el Toronto Star Weekly, gracias a la ayuda de un amigo de la familia, quien lo apoyó para trasladarse a Canadá, donde conoció al novelista Sherwood Anderson.
Regresó Hemingway a Estados Unidos como empleado de la revista mensual Cooperative Commonwealth, sin abandonar los escritos que hacía para el diario canadiense, y ahí conoció a la señorita Hadley Richardson –ocho años mayor que él-, quien era amiga de la familia de su compañero de cuarto. Breve contacto tuvo Ernest con la dama cuando ya estaba completamente enamorado de ella, de manera que contrajeron nupcias el 3 de septiembre de 1921 en Bay Township, Michigan, a pesar de las protestas de los amigos y familia de la novia, pues la joven estaba convencida de que su unión con Hemingway era sin duda un designio divino.
Una significativa herencia monetaria obtenida por Hadley tras la muerte de un muy poco querido tío ayudó a la pareja en este inicio en el cual decidieron trasladarse a Europa, primero como viaje de paseo y después optando por residir en París –opción facilitada por el nombramiento de Hemingway como corresponsal del Toronto Star, ubicando su residencia en el número 74 de la rue du Cardinal Lemoine-. Una vez en la capital del arte, y gracias a la intervención de Sherwood Anderson, Ernest se abrió camino en el mundo de los intelectuales, conociendo de esta manera a Ezra Pound, F. Scott Fitzgerald y Gertrude Stein –quien bautizó a su grupo de amigos como la Generación Perdida-, así como a los pintores Pablo Picasso y Joan Miró, entre otros.
Asimismo, gracias a la afición lectora de su mujer, el reportero y escritor dio con Sylvia Beach, la dueña de la librería y editorial Shakespeare and Co., que se encargó de editar el Ulises de James Joyce en 1922 -volumen que fue de interés para la Sra. Hemingway-, sitio que fungió como santuario para los intelectuales de la época que no gozaban de una remuneración económica equiparable al tamaño de sus talentos, pues la dueña se preocupaba de que sus parroquianos tuviesen qué comer, les prestaba dinero, les guardaba el correo e incluso tenía una pequeña cama siempre disponible para cualquiera que no tuviese un alojamiento digno para pasar la noche.
Los Hemingway viajaron mucho durante su primer año de matrimonio, pasando la primavera en Italia y el verano en Alemania. Además, Ernest fue designado para cubrir la guerra entre Grecia y Turquía, para lo cual tuvo que trasladarse a Constantinopla, desde donde le era requerido que transmitiera los mensajes con la mayor economía de palabras posible, por lo que se adiestró en el “cabelese” o lenguaje telegráfico, en donde un solo vocablo debía hacer el papel de seis o siete.
En este año de 1922 también tuvo lugar un acontecimiento que costó a Hadley y Ernest un disgusto mayúsculo cuando la joven, cuya intención era alcanzar a su marido en una conferencia de paz en Ginebra, olvidó una maleta llena de los textos de su esposo en la estación de Gare de Lyon, teniendo la pobra mujer que enfrentar la furia de Hemingway, quien no acostumbraba hacer copias de sus creaciones.
1923 fue un año importante para el autor puesto que su esposa descubrió que estaba embarazada, al tiempo que publicó Three Stories and Ten Poems (Tres historias y diez poemas). Con motivo del nacimiento del pequeño la pareja regresó a Toronto, en donde el 10 de octubre nació John Hadley Nicanor Hemingway –también conocido como Jack Hemingway o Bumby, como lo llamaba su madre-, en honor al matador Nicanor Villalta quien había impresionado al futuro premio nóbel.
Así, el escritor y su esposa se establecieron temporalmente en Canadá, aburriendo este tipo de vida rápidamente al intrépido Hemingway, quien no veía el momento de regresar a su agitado París, cosa que hicieron en enero de 1924.
El año nuevo sorprendió a Haley con una desagradable noticia, puesto que por malos manejos tuvo pérdidas económicas considerables. Al mismo tiempo Hemingway se colocó como editor en la pequeña revista modernista Trasatlantic Review editada por sus amigos Ezra Pound y Ford Madox. Además, en algún momento de esta época conoció Hemingway a Pauline Pfeiffer, una editora de moda en la revista Vogue, con quien entabló simpáticas –y pronto románticas- relaciones con el inquieto Ernest quien a la sazón escribía su primera novela The Sun Also Rises (Fiesta) publicada en 1926.
Fue en 1926 cuando la señora Hemingway se enteró de la aventura de su marido. Tratando de llegar a un acuerdo lo más adecuado para ella y su hijo, decidieron dividir las posesiones, separarse y divorciarse en enero de 1927. Dentro del convenio de divorcio el autor le cedió a la madre de Bumby las regalías de su primer libro. Decidido a no perder el tiempo se casó con Pauline Pfeiffer –para lo cual tuvo que convertirse al catolicismo- en mayo del mismo año y regresó a América instalándose, en 1928, por consejo de su amigo John Dos Passos, en Cayo Hueso, Florida, sitio en donde se aficionó a la pesca, a la vez que experimentó dos fuertes emociones: la causada por la llegada de su segundo hijo, Patrick Miller el 28 de junio, y la abrupta partida de su padre, quien cometió suicidio el 6 de diciembre.
España pasó entonces a formar parte importante de la vida del atribulado Hemingway. En el plano familiar fue ocasión de pelea pues su mujer, ferviente católica, se puso del lado de los franquistas, mientras él tomó partido por los republicanos. Sintiendo la necesidad de vivir el conflicto de la Guerra Civil española en carne propia, en 1937 Ernest se trasladó a la península ibérica para fungir como corresponsal de la North American Newpaper Alliance y participar en la elaboración del documental Spanish Earth (Tierra de España) del cineasta holandés Joris Ivens. Esta producción resultó muy ilustrativa para el escritor norteamericano, quien tomó el lugar de John Dos Passos como guionista, a la vez que conoció a la reportera de Collier’s, Martha Gellhorn, con quien inmediatamente estableció un romántico nexo que hizo que Pauline montase en cólera.
Una de las anécdotas más destacadas de la realización de este documental consiste en la monumental pelea que tuvieron Orson Welles y Ernest Hemingway por la narración del mismo. Se encontraba así el futuro director de El Ciudadano Kane dando vida al guion escrito por Hemingway cuando el escritor se apersonó en el estudio. Viniendo Welles de hacer teatro para la radio, su forma de narración disgustó al guionista, al tiempo que el futuro cineasta criticó las palabras que leía. Esto dio pie a una épica pelea a sillazos entre los dos artísticos titanes, que sin duda fue contemplada con horror por el equipo de producción, cuyos miembros se quedaron, seguramente, doblemente estupefactos, al ver a los contendientes concluir su violenta riña compartiendo una botella de whisky, entablándose así una voluble amistad que tuvo muchos altibajos a lo largo de algunos años. Finalmente se grabaron dos versiones del documental, una narrada por Orson y otra por Ernest.
Para 1940 Hemingway estaba mudando otra vez de esposa, convirtiendo a Gellhorn –por cuya intercesión The Spanish Earth fue exhibida en la Casa Blanca (con la narración de Welles) ante el presidente Franklin D. Roosevelt y su controversial esposa, Eleanor– en la Sra. Hemingway –esta historia se retrata en la película Hemingway y Gellhorn, producida por HBO, y protagonizada por Clive Owen y Nicole Kidman– e iniciándose así una nueva etapa en la vida de este controvertido escritor, tema que trataremos en la siguiente entrega de esta columna.
“Biografía de Ernest Hemingway”. Aut. Elena Fernández, Tomás y Tamaro. .España 2004. http://www.biografiasyvidas.com.
“Biografía de Ernest Hemingway”. Aut. Víctor Moreno, María E. Ramírez, et al. 3 de febrero 2001. http://www.buscabiografias.com.
“Ernest Hemingway, un mito de la literatura mundial”. Aut. J. M. Sadurní. 20 de julio 2019. http://www.historia.nationalgeographic.com.es.
“Hemingway sobre la guerra y sus secuelas”. Aut. Thomas Putnam. https://www.archives.gov/
2021.
“Ernest Hemingway su obra y su tiempo”. Aut. Teresa de Manuel Mortera. Urioja.dialnet.
“A case of Identity: Ernest Hemingway”. Aut. Anders Hallengren. http://www.nobelprize.org.
“Ernest Hemingway was a writer with guts and genius”. Aut. 1 de julio 2016. http://www.nydailynews.com.
“What was it like to be Ernest Hemingway? Aut. Johnn Banville. 26 de octubre 2017. www.thenation.com.