De producción de relleno a leyenda cinematográfica: Casablanca II

8 junio 2022

Parte II – El elenco ideal

Por: Patricia Díaz Terés

Ingrid Bergman, Humphrey Bogart, Paul Henreid y Claude Rains

El director está obligado a preocuparse de los actores, es el punto fuerte del rodaje. François Truffaut

Para la realización cinematográfica no existe una sola receta infalible, de este modo, tenemos desde un director que encuentra un guion y convence a un productor, hasta el caso de Casablanca, en donde un productor dio con un proyecto que capturó su imaginación y tuvo que promover desde la creación del guion hasta la filmación de la última escena.

De este modo, cuando es el productor quien ha encontrado algo digno de filmarse, lo primero que tiene que localizar –tras obtener el beneplácito del productor ejecutivo que proporcionará el dinero, en este caso Jack L. Warner– es a la persona que dirigirá el “trabajo de campo”, es decir el director. Así, la primera opción del productor de la Warner Brothers, Hal B. Wallis, fue el conocido cineasta William Wyler, quien, al encontrarse en su rancho, muy entretenido, jugando al gin rummy con el jefe de la 20th Century Fox, Darryl F. Zanuck, tras la filmación de Mrs. Minniver, declinó la oferta para encabezar Casablanca.

Como segunda opción Wallis acudió a su amigo Michael Curtiz, un emigrante judío-húngaro que había arribado a los Estados Unidos en 1926 y cuya familia había escapado de Europa tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939. Los recursos con los que tendría que filmar Curtiz eran de 878 mil dólares, debiendo empezar el rodaje el 10 de abril de 1942. Ninguna de estas condiciones se respetó.

Debido al bajo presupuesto en un principio se pensó en contratar actores baratos –por encontrarse ya en la nómina de los estudios-, por lo que aparecieron los nombres de Ronald Reagan y Ann Sheridan para interpretar a Rick y Lois –después Ilsa– así como de Dennis Morgan para Víctor Laszlo. Pero estos actores no empataban con la grandiosa visión que Wallis tenía en la cabeza, por lo que acudió con el ejecutivo de la Warner, Steve Trilling, y le solicitó la autorización para contratar a Humphrey Bogart para interpretar a Rick Blaine, accediendo a su vez a dar a Sheridan el papel de Lois Meredith.

Bogart fue contactado y se le entregó lo que se tenía de guion –que lejos estaba de estar terminado-, procediendo el actor de El Halcón Maltés a declarar que su personaje era demasiado frío y cínico, características que le impedirían al público identificarse con él –a partir de estos comentarios los hermanos Epstein hicieron modificaciones en el guion al personaje de Rick. Y fue tras este primer logro cuando a Wallis y los guionistas les llegó la idea de cambiar por completo al personaje de Lois Meredith para transformarlo en Ilsa Lund.

Tal transmutación impedía que el papel fuese interpretado por Ann Scheridan, surgiendo entonces las actrices Ingrid Bergman y Hedy Lamarr para interpretar a la angelical noruega, dueña del corazón del propietario del Rick’s Café Americain. La opción de Lamarr era para entonces imposible, pues la actriz austriaca estaba por entonces ya comprometida con la MGM y el ejecutivo Louis B. Mayer se negó rotundamente a “prestar a la actriz”.

Por su parte, Ingrid Bergman también estaba ya comprometida para trabajar con la compañía del productor David O. Selznick en el rodaje de Intermezzo y se preparaba con ahínco para obtener el papel de María en la versión cinematográfica de Por quién doblan las campanas del director Sam Wood. Sin embargo, estos compromisos profesionales sí pudieron ser flexibilizados gracias a una generosa aportación de 25 mil dólares que la Warner hizo a O. Selznick para ceder temporalmente a la actriz, prometiendo a su vez facilitar la participación de Olivia de Havilland en algún proyecto que tuviese O. Selznick.

Se tenía pues ya a Rick y a Ilsa, pero faltaba Víctor. Para encarnar al gallardo defensor de la libertad se propusieron dos actores: Paul Henreid y Philip Dorn, pero este último tenía el mismo inconveniente que Hedy Lamarr: estaba contratado ya por la MGM. De tal manera el acercamiento se hizo con Henreid quien en primera instancia rechazó categóricamente el papel al no tratarse este de un protagónico. En tal contexto, fueron las circunstancias mundiales las que empujaron al actor autrohúngaro para aceptar el papel de Víctor Laszlo.

Estando su país de origen en aquel entonces ya anexado al Tercer Reich, se había decretado que cualquier ciudadano austriaco sin trabajo debía retornar sin demora a su nación. Henreid estaba, a principios de 1941, terminando de filmar la película La extraña pasajera (Now Voyager) al lado de Bette Davis, pero no tenía a la vista ningún otro proyecto, por lo que decidió embarcarse en Casablanca para poder permanecer en los Estados Unidos, eso sí, exigiendo que se le pagase la misma cantidad que se le estaba abonando a Bogart y Bergman.

El resto de los personajes estaba ya resuelto, y aunque al principio se pensó que Sam fuese una dama que sería encarnada por alguna de las famosas cantantes de jazz Ella Fitzgerald o Lena Horne, el personaje quedó estructurado finalmente como lo vemos hoy en día en la pantalla como el simpático pianista amigo de Rick, que es personificado por el baterista Dooley Wilson. Por su parte la participación de Claude Rains había sido ya incluso contemplada en la realización del guion por lo que su contratación fue puro formalismo.

Así, con este gran conjunto de estrellas aseguradas para cubrir los papeles principales, Curtiz se puso a la cabeza de un muy numeroso elenco en el que se incluyeron cientos de extras –que no habían sido contemplados ni presupuestados- y decenas de actores secundarios, teniendo muchos de ellos una historia tan cercana al argumento de la película que realizaron con más entrega su trabajo, como fue el caso de Conrad Veidt, actor alemán que había huido de la Alemania nazi con su esposa judía y que había jurado jamás encarnar a un nazi a menos que este fuese el villano, por lo que resultó idóneo para encarnar al despiadado mayor Strasser en el argumento de Casablanca.

Otra actriz a quien la historia del filme se le acercaba a lo más profundo del corazón era Madeleine Lebeau -que interpretó a la amiga de Rick, Yvonne-, quien había tenido que huir con su marido Marcel Dalio de la Francia ocupada, realizando en la vida real la travesía hacia América que en la cinta se propone para Víctor e Ilsa. Tal circunstancia proporciona, por ejemplo, un realismo conmovedor al close up que se le hace a la actriz, cuyos ojos se llenan de lágrimas al interpretar con pasión La Marsellesa bajo la dirección del valiente Víctor Laszlo cuyo cometido era silenciar al mayor Strasser y sus compinches alemanes que se encontraban cantando Die Wacht am Rhein en el Rick´s Café.

Con el elenco preparado –habiendo sido enriquecido con Sydney Greenstreet como Signor Ferrari, el ambicioso dueño del café competencia de Rick´s, el Blue Parrot, y el simpático S. Z. Sakall como el fiel y discreto mesero de confianza de Rick, Carl– todo estaba listo para iniciar el rodaje, pero como descubrirían Hal B. Wallis y Michael Curtiz, este proceso sería tan legendario -en su caos- como la cinta misma, pero de tales aventuras cinematográficas hablaremos más extensamente en la próxima entrega de esta columna.

“Casablanca, curiosidades del rodaje de uno de los grandes clásicos del cine”. Behind the Scenes. http://www.rodajesdepeliculas.blogspot.com.   

“10 cosas que tal vez no sabías de Casablanca”.  www.lavanguardia.com. 6 de abril 2021.

“La rocambolesca historia del rodaje de Casablanca”. Aut. Pedro Tomas. 21 de septiembre de 2020. http://www.elredondelito.es.

“Making of Casablanca” Partes I a VIII. Aut. Alfonso Méndiz. http://www.filasiete.com