Segunda parte
Por: Patricia Díaz Terés
“Si quieres triunfar en la vida, haz de la perseverancia tu amigo del alma, de la experiencia tu sabio consejero, de la advertencia tu hermano mayor y de la esperanza tu genio guardián”.
Joseph Addison
“Miss Brico ha demostrado dotes sorprendentes e inequívocos como directora. Es más hábil, más lista y más musical que muchos de sus colegas masculinos que nos aburren aquí en Berlín” mencionaba el periódico alemán Allgemeine Zeitung tras la presentación de Antonia Brico como directora de la Orquesta Filarmónica de Berlín el 10 de enero de 1930.
De este modo, en un mundo musical, por entonces completamente dominado por los hombres, la figura de la joven y fresca Antonia, el público y la prensa reconoció que ella daba a los conciertos un aire especial que comenzó a atraer a los aficionados a la música.
Así, después de abrirse paso en el Viejo Continente con bastante éxito, la novel directora decidió regresar a casa; sin embargo, tuvo una amarga experiencia al toparse con un ambiente musical mucho más estrecho de miras que el europeo, por lo que tuvo pocas oportunidades para mostrar su talento y siempre como directora invitada de orquestas como la Filarmónica de los Ángeles o la Sinfónica de San Francisco, ya que sus compatriotas se negaban sistemáticamente a otorgarle un puesto permanente. Esta situación la llevó a realizar una muy fructífera gira en Europa con diversas orquestas de Polonia, Alemania y los Balcanes.
Pero América llamaba a Antonia, quien, al regresar de su aventura europea y tras pasar un tiempo en California, dirigió sus pasos a la flamante ciudad de Nueva York, donde se convirtió en la primera mujer en dirigir una ópera de una compañía neoyorquina de renombre al tomar la batuta en la producción Hänsel y Gretel de Engelbert Humperdinck que se presentó en la Ópera del Hipódromo de Nueva York, para posteriormente anotarse otro gran acierto al dirigir, en 1933, a la Musicians Symphony Orchestra en la Metropolitan Opera House. Con esta agrupación hizo dos conciertos, ya que un tercero que se había programado tuvo que ser cancelado debido a que el tenor solista, John Charles Thomas, se rehusó terminantemente a cantar bajo la dirección de una dama. Esta situación no se debió tanto al machismo de Thomas sino a su ego, ya que temía que su ejecución fuera opacada por la fama de Antonia.
Era 1934 cuando la aguerrida primera dama Eleanor Roosevelt conoció a Antonia Brico y entre las dos lograron fundar la Orquesta Sinfónica de Mujeres de Nueva York, la cual tuvo buena acogida por el público teniendo en su interior un armónico ensamble, pues se omitían los rechazos y reticencias a los que con frecuencia se enfrentaba Brico cuando se ponía al frente de los ensambles masculinos. De esta manera, con el apoyo contundente del alcalde neoyorkino, Fiorello La Guardia, logró hacer magníficas presentaciones como la realizada en febrero de 1935 en Manhattan.
Pero en esta empresa, la visión incluyente de Antonia dio al traste con la misión, ya que, tras cuatro años de trabajo, la joven decidió aceptar hombres en las filas de su agrupación musical, lo cual le restó, ante los ojos del público, novedad y singularidad, por lo que en 1939 la orquesta se disolvió.
Además, ante más de tres mil espectadores, en 1938, Brico se convirtió en la primera mujer en dirigir a la Orquesta Filarmónica de Nueva York, tras lo cual, a pesar del entusiasmo del público, tuvo que sufrir las ridículas críticas de publicaciones como el Times en las cuales se dejaba en claro que era una fatalidad el hecho de que una fémina dirigiera tan distinguida orquesta (!).
Un año después condujo la Orquesta Federal en la Feria Mundial de Nueva York, teniendo ya para entonces un prestigio especial por estructurar sus conciertos con programas vanguardistas que incluían música contemporánea americana.
No obstante, los conciertos y las giras no constituían necesariamente un ingreso económico fijo, por lo que la dotada directora también tuvo que ejercer la docencia, contando entre sus alumnas a la niña prodigio, pianista y compositora, Philippa Schuyler (1939), renunciando Antonia antes de que la insoportable madre de la chiquilla la despidiera.
Se trasladó entonces a Denver, Colorado, donde ejerció sus dotes como profesora de piano y dirigiendo pequeñas orquestas. A partir de 1946 retomó su trabajo como directora invitada en orquestas europeas, destacándose entonces los conciertos ofrecidos en el Royal Albert Hall y en Helsinki, la capital finlandesa, a donde fue directamente invitada por el famosísimo compositor Jean Sibelius, quien la calificó como “una directora de orquesta de fuego”.
Después de esta nueva travesía intercontinental, Antonia regresó a Denver donde fundó la Sociedad de Bach y el Conjunto de Cuerdas de Mujeres, trabajando especialmente como directora de la Denver Businessmen’s Orchestra, agrupación musical semiprofesional que en 1948 cambió su nombre por Orquesta Sinfónica Antonia Brico, en la que la directora se mantuvo activa hasta su retiro en 1985.
La historia de Antonia Brico fue contada en 1974 por una antigua alumna suya, Judy Collins quien, junto con Jill Godmilow, realizó el documental Antonia: retrato de una directora de orquesta, el cual cuenta con intervenciones directas de la afamada conductora –actualmente podemos ver la historia de Brico en Netflix en la película La Directora o Antonia: una sinfonía, de la cineasta holandesa Maria Peters (2018)-. A los 73 años realizó su última aparición pública en Nueva York (1977) dirigiendo la Filarmónica de Brooklyn.
Tranquilamente concluyó la vida de Antonia a sus 87 años, cuando residía en las Torres Bella Vista en Denver, el 3 de agosto de 1989, pasando entonces a formar parte del Salón de la Fama de las Mujeres de Colorado al lado de personajes como Hattie McDaniel y Golda Meir, dejando como legado la apertura de las puertas para todas aquellas mujeres que han decidido tomar la batuta al frente de una orquesta en las últimas décadas. Sin ser todavía un terreno equitativo, en cuestión de género, sin duda la aportación de damas como Antonia Brico han ayudado a abrir, cada vez más, la mente y el corazón de músicos y espectadores al talento de las personas musicales, sin importar su sexo, raza, creencias o cualquier otra característica ajena a sus dotes artísticos.
“Berlin Philarmonic’s first woman conductor”. www.overgrownpath.com. 30 de octubre 2007.
“Antonia Brico a la batuta”. Aut. Fabiana Sans Arcílagos y Lucía artín-Maestro Verbo. www.melomanodigital.com 16 de junio 2021.
“Siglo XX-Antonia Brico”. www.mujeresquehacenlahistoria.blogspot.com. 6 de agosto 2021.
“Antonia Brico”. https://coloradoencyclopedia.org/article/antonia-brico.
“Antonia Brico: La primera mujer que dirigió la Filarmónica de Berlín”. www.paraquetuveas.es
“Antonia Brico: La primera mujer que dirigió la Filarmónica de Berlín”. http://www.elperiodico.com