Parte II
Por: Patricia Díaz Terés
“El cambio de moda es el impuesto que la industria del pobre carga sobre la vanidad del rico”.
Nicolás Sebastien Roch Chamfort
A finales del siglo XIX y principios del XX muchas actividades que desde México hasta la Patagonia eran consideradas como inmorales y licenciosas, en el Viejo Continente causaban furor en un ambiente que se distinguía por el relajamiento de los prejuicios y el afán por la experimentación de novedades, las cuales incluían desde la moda hasta el arte o incluso las conductas u opiniones.
Así en un París en donde ser consumían con avidez las innovaciones procedentes de todas partes del mundo, las primeras partituras de tango que llegaron –se dice que se trataba de la pieza titulada La morocha-, a bordo –presuntamente- de una fragata de nombre Sarmiento no fueron la excepción, colocándose el sonido de tales acordes en el gusto de los parranderos parisinos. De esta manera, sin encontrar problema alguno ni en la melodía ni en las coreografía de esa exótica música, pronto las clases altas de la Ciudad de las Luces comenzaron a introducir el tango en su repertorio tanto musical como dancístico, llegando a tal punto su popularidad que debieron abrirse numerosas academias –se cuenta que había más de cien a principios del siglo XX-, que enseñasen los movimientos adecuados a las parejas que se encontraban fascinadas por ese baile capaz de encender pasiones y avivar amores. Así en lejanas tierras al otro lado del océano, el tango sufrió una transformación, pasando de tener un ritmo rápido y alegre a uno más lento, melancólico y acompasado.
Cuál no sería entonces la sorpresa de los bonaerenses adinerados que se aventuraban a vacacionar en Europa, cuando aquel baile y aquellos sonidos que ellos habían relegado sin piedad a los más vulgares arrabales, se presentaba sin reparos en los más elegantes salones de las familias y grupos más refinados, festejándose como parte de una singular y fascinante cultura. Y como todo por aquel entonces necesitaba ser avalado por la “gente correcta”, desempeñando los parisinos tal papel en materia de arte, los opulentos argentinos regresaron a casa para abrir rápidamente sus puertas a ese género musical que otrora había sido vilipendiado y despreciado, pero que ya para ese entonces había conseguido consolidarse siendo ejecutado por músicos con estudios formales, quienes con la aceptación de la “sociedad decente” pudieron obtener empleos mejor remunerados y estables, haciéndose entonces contratos entre las orquestas que interpretaban los tangos y los salones o cafés a donde acudían ya las personas de todos los estratos sociales.
Asimismo habíanse abandonado en el tango las frases procaces, dándose lugar a letras con argumento, particularmente aquellas creadas por un compositor de nombre Pascual Contursi, quien aunque continuó situando sus historias en el ambiente de los barrios bajos, esquivó el tema sexual para dar paso a las problemáticas humanas como la tristeza, la nostalgia, la ambición o la injusticia, siendo su mayor éxito Mi noche triste, el cual presentó al gran Carlos Gardel y a José Razzano, durante una presentación del dúo en Montevideo.
Ahora bien, por supuesto no faltó quien montase en cólera al ver tan inmoral despliegue de sensuales movimientos prohibiéndolo de inmediato; aparecen entonces entre los principales detractores del nuevo género –particularmente en cuestión de la danza- el papa Pío X, el káiser Guillermo II que lo consideraba como “una ofensa a la decencia”; mientras que la revista española La Ilustración Europea y Americana ni tarda ni perezosa publicó un artículo condenando al tango diciendo que era un “indecoroso (…) y grotesco conjunto de ridículas contorsiones y repugnantes actitudes”.
Pero en realidad el tango se había abierto paso a tal grado que las voces que se alzaban en su contra, aun cuando fueron escuchadas, no prevalecieron, pudiendo así las hermosas melodías tangueras continuar su avance, dejándose atrás las orquestas de la llamada Guardia Vieja por ahí de la década de los años 30s.
Por otro lado, las ejecuciones del tango no se limitaron a los salones de baile, sino que también acompañaron a las películas mudas de principios de siglo, teniendo los músicos que adaptar el ritmo a la función narrativa de las melodías con las que se acompañaban las proyecciones; algunos de estos hábiles artistas fueron Rodolfo Biaggi, José Tinelli o Enrique Delfino. Posteriormente, cuando llegó el sonido al séptimo arte vio la luz el filme ¡Tango! (1933) del director Luis J. Moglia y cuyo reparto incluyó a figuras como Tita Merello, Libertad Lamarque, Luis Sandrini y Pepe Arias, entre otros.
No obstante la mejor época del tango llegó en la década de los 40s, momento en que aparecieron músicos egresados de prestigiados conservatorios, cuyo principal interés era desarrollar ese ritmo que se había abierto paso de los alfoces a las casas de la más distinguida alcurnia; sin embargo la educación de los intérpretes no les restó esa maravillosa capacidad que siempre demostraron para deleitar a sus oyentes con magníficas improvisaciones o reinterpretaciones. Para este entonces los jóvenes estaban ya embelesados por el encanto del tango, por lo que abarrotaban las tiendas de discos en las cuales se les permitía escuchar las piezas dentro de unas estrechas casetas.
De igual manera los espectáculos y presentaciones de las orquestas de tango y jazz se presentaban con grandes anuncios en diarios como El Mundo, llegándose a publicar hasta 25 lugares distintos a los cuales la gente podía acudir a disfrutar de una noche tanguera. Tal fue la euforia juvenil y la demanda por estos sitios que incluso algunas salas de cine se vieron obligadas a remover sus butacas en ciertos momentos para convertirse temporalmente en salones de baile, ejemplo de tal práctica fueron el cine Smart y el Politeama.
Una década más tarde, el tango enfrentó la amenaza de su anterior compañero, el jazz, ya que este también conquistaba rápidamente los corazones argentinos; aquel avance forzó a las orquestas de tango a disminuir sus integrantes para convertirse en cuartetos o quintetos, cayendo así en una etapa menos deslumbrante.
Empero el destino no había dicho su última palabra con respecto a este género, pues aun se preparaba la aparición del gran Astor Piazzolla.
Este caballero fue un músico que revolucionó por completo la manera de componer el tango, creando arreglos que, aunque eran imposibles de bailar, deleitaban el oído con sus innovadoras propuestas vanguardistas, en las cuales estuvieron a la vez presentes las raíces del ritmo. La pieza que marcó este nuevo rumbo fue Buenos Aires, estrenada en 1953, la cual causó tanto entusiasmo como suscitó la ira y los vituperios de los tangueros conservadores, quienes llegaron a declarar que a este hombre no se le podía considerar como compositor de tango.
A pesar de ello Piazzolla no se dejó amilanar y continuó con su labor, abriéndose camino entre sus opositores hasta llegar a crear una verdadera escuela que lanzó al tango a su fama internacional, conociéndose así de oriente a occidente del orbe, hecho que solo encuentra precedente en la labor del magnífico Carlos Gardel.
Así, habiéndose modificado su estructura y constituido hoy en día en un género musical de gran prestigio, el tango es disfrutado por jóvenes y adultos, quienes lo escuchan, lo bailan, lo cantan o interpretan con formas que sus creadores probablemente nunca imaginaron, teniendo cabida este ritmo en los más distinguidos concursos tanto dancísticos como musicales a nivel mundial, así como en los repertorios de virtuosos músicos como el gran chelista Yo-Yo Ma o las más destacadas orquestas.
*Este par de artículos los dedico a mi sobrino Erick, quien disfruta del tango en las bellísimas tierras queretanas.
PARA CONOCER:
“Mi noche triste” por Carlos Gardel: http://www.youtube.com/watch?v=08iAnr7I0vY
“Farolito viejo” por Carlos Gardel: http://www.youtube.com/watch?v=MzrNVtY2mZw&feature=fvsr
Mundial de Tango 2011: http://www.youtube.com/watch?v=Jw7Yjk_89DM&feature=related
“Libertango” de Astor Piazzolla: http://www.youtube.com/watch?v=RUAPf_ccobc
“Adiós Nonino” de Astor Piazzolla: http://www.youtube.com/watch?v=VTPec8z5vdY&feature=related
“Le Grand Tango” de Astor Piazzolla interpretado por Yo-Yo Ma y Kathryn Stott: http://www.youtube.com/watch?v=ZFX4vagwXeo&feature=related
FUENTES:
“Breve historia del Tango”. Aut. Andrés Carreto. Portal del Libro.
“Pascual Contursi”. Aut. Julio Nudler. www.todotango.com
“El tango, apunte histórico”. Aut. J. Alberto Mariñas. www.esto.es
“El origen del tango”. www.oni.escuels.edu.ar